domingo, 7 de febrero de 2010

El cuarto trimestre de la EPA muestra los peores datos de empleo desde 1998.


Continúa la destrucción de empleo (-1.210.800, -6,1%) y sigue aumentando el número de personas paradas (1.118.600, 34,87%) en los últimos doce meses.
La pérdida de empleo sigue incidiendo más entre los hombres y los jóvenes: el 74% de los puestos de trabajo destruidos en el último año estaban ocupados por hombres, si bien también afecta a las mujeres y a un ritmo creciente; y, casi el 59% del empleo destruido estaba ocupado por jóvenes (de 16 a 29 años).
Interanualmente tanto la destrucción de empleo como el aumento del paro afecta al conjunto de sectores económicos. En términos absolutos el descenso más importante de ocupados se da en el sector servicios, seguido de construcción e industria. Si bien en términos relativos construcción sigue siendo el sector más afectado, seguido de industria y servicios.
El mayor incremento del paro sigue afectando más a los que perdieron su empleo hace más de un año. Las personas sin empleo anterior también incrementan su número anualmente.
La cifra de hogares con todos sus miembros en paro sigue sitiándose en niveles alarmantes, 1.220.000, un 47,49% más en un año.
En cuanto a la contratación, en términos inter trimestrales aumenta la contratación indefinida y disminuye el número de contratos temporales. Anualmente disminuyen ambas modalidades, aunque con mayor intensidad los contratos temporales. La tasa de temporalidad se sitúa en el 25,08%, 77 centésimas menos que en el anterior trimestre.
En todas las Comunidades autónomas aumenta el paro tanto anual (Illes Balears, comunidad Valenciana, Madrid, Murcia y Ceuta) como trimestralmente (Illes Balears, Cantabria, Ceuta y Extremadura).
La destrucción de empleo anualmente también afecta a todas la Comunidades autónomas, a excepción de Melilla. Trimestralmente se observan pequeños crecimientos del empleo, que oscilan entre el 0,05 y el 3,7%, en Andalucía, Madrid, País Vasco y Melilla.
Los datos de la EPA confirman la debilidad de nuestro mercado de trabajo, caracterizado por una importante flexibilidad en la contratación y grandes desigualdades entre la población trabajadora. En este sentido, uno de los objetivos prioritarios deben ser los jóvenes debido a su situación de precariedad e indefensión. Durante los años de crecimiento económico se han incorporado al mercado de trabajo con bajos sueldos y elevada temporalidad. Una de las prioridades es que puedan acceder a empleos de calidad y para ello es preciso, entre otras medidas, acabar con el uso fraudulento de las prácticas no laborales (becarios). Existen modalidades de contratación como el contrato para la formación y el contrato en prácticas, entre otras, con condiciones beneficiosas para los empresarios, poco utilizadas en el mercado laboral, y que serían una buena vía para el acceso inicial al mercado de trabajo. Así mismo se deberían potenciar más los contratos de relevo, en vez de hacer propuestas de aumento en la edad de jubilación.
Es necesario seguir apostando por la inversión y servicios públicos como generadores de empleo. Reducir las políticas públicas para tratar de reducir el déficit es un error dado que en este momento la prioridad absoluta es la generación de empleo y la protección a las personas desempleadas. En esta dirección y entre otras medidas, es preciso seguir manteniendo el Programa temporal de protección por desempleo e inserción (PRODI).
La negociación colectiva es, asimismo, un instrumento indispensable para la generación y mantenimiento de empleo de calidad. Las políticas que combinan moderación salarial y reformas estructurales ejercen un efecto contrario a la creación de empleo, como lamentablemente hemos observado en España y en el resto de Europa. En este sentido, desde los sindicatos hemos propuesto un pacto que vincule salarios, beneficios empresariales y creación de empleo de calidad.

Madrid, 29 de enero de 2010.
C.S. de CC.OO. Secretaría de Empleo y Migraciones.

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